Como ocurre habitualmente, nos encontramos en ese momento especial en el cual tomamos conciencia que el tiempo pasa: otro año llega a su fin.
En este punto, inevitablemente repasamos los momentos vividos y vamos editando cuadro por cuadro una película (drama y comedia, de modo alternado), cuyo guion espontáneamente surgió a consecuencia de acciones y omisiones de gran cantidad de autores y actores.
Al final de este proceso, se presentarán ante nosotros las satisfacciones y sinsabores más notables que se produjeron en el año pero, por sobre todo, la necesidad de aquietar la mente, el cuerpo y el espíritu por una elemental cuestión de supervivencia.
Ilustrando este último concepto, parece conveniente traer aquí la síntesis de un recomendable libro de Stephen Covey ("Los siete hábitos de la gente altamente efectiva"), en el cual el autor nos invita a:
- Ser proactivo
- Comenzar con un fin en mente
- Poner primero lo primero
- Pensar en ganar - ganar
- Buscar comprender primero y después ser comprendido
- Sinergizar
- Afilar la sierra
Para la explicación del séptimo hábito, el autor relata la historia de un leñador que se encuentra tan inmerso en su trabajo de cortar árboles, que olvida dedicar unos minutos a afilar su sierra, lo cual le haría ahorrar muchas horas de esfuerzo.
¡Cuántas veces nos pasa eso a nosotros!
Afilar la sierra implica idear un programa personal, equilibrado, global, de vida para la renovación en determinadas áreas fundamentales.
La historia del leñador nos propone una reflexión personal sobre lo que somos y lo que queremos. Dice así:
" ¿Qué está usted haciendo?", le pregunta. "¿No lo ve?", responde él con impaciencia. "Estoy cortando este árbol" "¡Se le ve exhausto!", exclama usted. " ¿Cuánto tiempo hace que trabaja?" "Más de cinco horas, y estoy molido. Esto no es sencillo" "¿Por qué no hace una pausa durante unos minutos y afila la sierra?", pregunta usted. "Estoy seguro de que cortaría mucho más rápido" "No tengo tiempo para afilar la sierra", dice el hombre enfáticamente. " Estoy demasiado ocupado aserrando".
Afilar la sierra consiste en tomarse tiempo para uno mismo.
Es usar la capacidad que tenemos para renovarnos física, mental y espiritualmente.
Es lo que nos permite establecer un balance entre todas las dimensiones de nuestro ser, a fin de ser efectivos en las diferentes actividades que desempeñamos en nuestra vida.
Afilemos nuestras sierras
Hasta la próxima.
Prensa de FEFARA Diciembre de 2014
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