La medicina tiene como principio supremo primero no dañar. Sin embargo, los errores en la atención sanitaria son una realidad que puede poner en riesgo la seguridad del paciente. Por eso, es fundamental fomentar una cultura de la seguridad en la atención médica y farmacéutica. Llevando a la OMS proponer el tercer reto mundial “Medicación sin daño” para reducir los eventos adversos evitables por los medicamentos. Dando recomendaciones para Medicamentos de Alto Riesgo y Medicamentos LASA. En este contexto, involucrar al paciente en sus decisiones a la hora de indicar, dispensar o administrar un tratamiento farmacológico es fundamental para garantizar su seguridad.

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