Estamos todos de acuerdo …
El tema no es nuevo… Viene ocupando nuestra atención desde mucho tiempo atrás, y nos ha generado más preocupación y disgustos que satisfacciones
Se trata, claro está, del contrato que regula las prestaciones que las Farmacias hacemos para los afiliados del PAMI. Un contrato que tuvo (y tiene) el raro privilegio de permanecer indemne a pesar de:
• El paso del tiempo
• La sucesión de gobiernos de muy diferente signo y orientación política
• Los reiterados reclamos de quienes habitualmente nos vimos perjudicados por su texto y operatoria
• Las dificultades generadas a los afiliados por falta de atención, no solo por atrasos en los pagos sino por la imposibilidad de muchas Farmacias para continuar como prestadores
El presente nos encuentra transitando la enésima prórroga del contrato, la cual debiera finalizar con el año, todo ello atento a lo acordado entre PAMI y la Industria en julio pasado. Cualquiera (y con justa razón, si tomamos en consideración los hechos del pasado) podría apostar que al final todo seguirá igual, porque:
• Es probable que se vuelva a prorrogar el contrato por un nuevo periodo anual (repitiendo lo de siempre)
• En la eventualidad de firmarse uno nuevo, solo cambiarían la fecha de suscripción y los funcionarios que estampen sus firmas en un texto copiado del anterior
Pero parece que, aunque todo haya sido así hasta hoy, ya nadie está dispuesto a continuar por el mismo camino.
¿Por qué? Repasemos las razones de cada uno:
• PAMI no quiere (ni puede) tener un servicio “canilla libre”, como ha sido tradicionalmente este contrato. Esta decisión quedó reflejada en el texto del acuerdo suscripto con la industria a mediados de año
• Tampoco le viene bien el modo en que funciona la operatoria, la cual ha permitido (por acción u omisión) el descontrol y los abusos que fueron ampliamente publicitados y derivados a la justicia
• A los afiliados hace ya rato que las cosas se les han complicado: deambulan buscando prestación de servicios, acotándose a diario sus posibilidades de lograr un acceso seguro y próximo a su domicilio.
• Para no abundar en detalles, porque lo venimos repitiendo y sufriendo desde mucho tiempo atrás, solo diremos que a las farmacias esta modalidad de atención y pago no solo no nos sirve sino que condiciona la existencia de buena parte de la red
• Finalmente, y como novedad, la industria no está dispuesta a seguir realizando aportes crecientes para sostener el funcionamiento de esta operatoria.
Llegados a este punto, parece claro que se hace realidad lo que anunciábamos en el título: estamos todos de acuerdo en que no podemos seguir con esto, ni un minuto más
Y entonces? Habrá que hacer lo que corresponde
Resulta imprescindible que los representantes de la dispensa (Instituciones Farmacéuticas), del consumo y la financiación (PAMI) y de la producción y distribución (las Cámaras de la Industria), conformen un espacio de dialogo y debate para dar forma a un contrato que regule la relación futura, contemplando los legítimos intereses de cada una de las partes.
Encarar la tarea sin estas premisas y actores, y/o pretender la continuidad de la realidad presente, significará sin más la imposibilidad de seguir brindando nuestras prestaciones, con catastróficas consecuencias para todos pero de manera especial para los eslabones más débiles de la cadena: los afiliados y nuestras farmacias.
Hasta la próxima
Junta Ejecutiva FEFARA
31 de Octubre de 2016