FEFARA: Tenemos el placer de tener acá al presidente del Colegio Farmacéutico de Sevilla, sin tener bien en claro si se trata del contacto de Fefara en Sevilla, o si es el representante de Sevilla en Fefara.
Manuel: Lo que ustedes quieran. Yo me siento muy orgulloso de ser el representante de Fefara en Sevilla y en España y además también me sentiría orgullosísimo si pudiera ser el representante de España en Fefara. Con lo cual estoy encantado de haber conocido, y sobre todo, de haber participado en alguno de los actos que ustedes organizan y aportar mi granito de arena en cuanto a las actividades que estamos desarrollando nosotros en España.
FEFARA: Tengo varias preguntas. La primera, y fundamental y por orden.
¿Qué representa, desde su óptica, para ustedes y para nosotros, el convenio que acabamos de firmar entre FEFARA y el Colegio de Farmacéuticos de Sevilla?
Manuel: Vamos a ver, el convenio es un convenio que yo creo que es bastante más importante de lo que nosotros podemos ver a simple vista.
La formación del farmacéutico, entendemos desde Sevilla, que los tiempo actuales, con los medios actuales, tiene que ser una formación que el farmacéutico la pueda desarrollar cuando quiera. Hasta ahora los cursos eran presenciales se iban a un sitio, en el colegio, un sitio donde se puedan desarrollar, había que buscar horas que no fueran lectivas para que el farmacéutico pudiera desarrollarlo. Y con una serie de herramientas que los adelantos tecnológicos te permiten, puedes desarrollar esos cursos cuando cuando tú quieras, cuando el farmacéutico quiera, puede ser por la mañana, por la tarde, en un descanso, cuando él quiera. Todos esos cursos o sucesiones formativas, y sobre todo permiten una actualización online, en el sentido, no a distancia, sino es temporáneo en cuanto a la celebración del curso. Se grabara el curso, se desarrollan todas las actividades, y el farmacéutico lo puede hacer hoy, lo puede hacer mañana, en un mes, cuando él quiera.
Esa versatilidad hace se aproveche mucho más que el mero echo presencial, el profesor se siente incluso mucho más realizado. Porque no es lo mismo hacer un curso para un momento con cincuenta alumnos, que hacerlo temporáneo para N alumnos. Después también el idioma, como es común, nos ayuda a que lo que ustedes puedan hacer aquí podemos disfrutarlo allí y viceversa. Y sobre todo hay un acercamiento de experiencias profesionales entre los farmacéuticos españoles y los farmacéuticos argentinos, que es muy importante.
Tenemos muchísimo que aprender unos de los otros porque esto es un camino común, porque lo que se hace hoy bien o mal en Argentina o lo que se hace bien o mal en España, finalmente termina trasladándose al otro lado del océano y puede que se haga bien o mal.
FEFARA: Desde el punto de vista de la importancia de la función sanitaria del farmacéutico, no cabe duda que es de vital concepción en mejorar la capacidad intelectual y profesional, creo que a eso apunta fundamentalmente.
Manuel: Efectivamente. Nosotros buscamos un titular, como si fuera un medio de comunicación, para definir como debe ser la actuación profesional del farmacéutico, que papel nos tiene que dar la administración al farmacéutico, no que nos lo tiene que dar, nos lo tiene que reconocer porque el farmacéutico está capacitado para ello. Es que en el mundo solo se conseguirá el uso racional del medicamento, cuando se haga un uso racional del farmacéutico.
Mientras que no hagamos un uso racional del farmacéutico de verdad por parte de la sociedad, de los poderes públicos y de los otros profesionales sanitarios, nunca se conseguirá un uso racional del medicamento.

FEFARA: Por otra parte, la participación del farmacéutico, en alguna medida está asegurando un elemento que es de fundamental importancia para la salud de la población, que es la equidad de la llegada. Frente a ese monstruo cercano que es el biológico, no cabe duda que está en el farmacéutico mejor capacitado y participando de la dispensa, tiene que ser un elemento de fundamental importancia, no? ¿Cómo lo juzga?
Manuel: El farmacéutico no es que sea fundamental, sino que es imprescindible. La teoría mundial que muestra que sin el farmacéutico conseguimos abaratar la factura, es una falacia. Porque es como si usted dice que si prescindimos del médico y tratamos a todos los enfermos como un robot (olvidándonos del ojo clínico, olvidándonos de la evidencia científica y también sanitaria) podemos también ahorrar. Es una falacia.
Por lo tanto lo único que falta es llevar a cabo un control exhaustivo del gasto sanitario para gastar bien y no utilizar argumentos bastardos para defender la ausencia del farmacéutico en los procesos sanitarios.
Con respecto a los medicamentos biológicos, yo me paro un poco a conocer los antibióticos. Ya que los antibióticos son medicamentos desconocidos, son medicamentos que se suponen que lo van a curar todo y que el ciudadano va a ser inmortal. Al contrario de esto, los antibióticos han demostrado que han sido eficaces como las vacunas pero la propia naturaleza se defiende con su resistencia a los mismos.
Los biológicos están aquí, son puros medicamentos como otros cualquiera. El farmacéutico es el técnico del medicamento y ese medicamento debe estar bajo el control farmacéutico desde su fabricación hasta su despensa propia.
No vayamos a caer en el error de decir «hace falta unos controles especiales», porque si hace falta unos controles que se nos avise qué controles especiales y nosotros formaremos a los farmacéuticos en esos controles especiales. Los mismos están preparados para esto por su formación continuada.
Por eso la importancia de este convenio es que el farmacéutico va a estar al día, entonces trasciende mucho más de una simple firma.
Si hay que formar a los farmacéuticos en oncológicos, nosotros los formamos en oncológico y si hay que formarlo en otro tipo de medicamento que pueda salir en el futuro nosotros lo formaremos.
Por ejemplo cuando yo estudié licenciatura de farmacia en España los virus recién se estaban empezando a estudiar a fondo. Cuando terminé la licenciatura, yo de virus sabía muy poco. Pero eso no quería decir que sea un farmacéutico que este incapacitado para dispensar medicamentos que vayan contra los virus. Porque yo después me formé y soy capaz de manejar esos medicamentos.
FEFARA: El manejo del farmacéutico, desde nuestra óptica, serviría para poner un tope a ese afán desmesurado de acumulación de riqueza por parte de los productores ¿No?
Manuel: El farmacéutico siempre es un control. Ya que datos como la trazabilidad del medicamento y la transparencia en el gasto, el farmacéutico los conoce y los practica. El laboratorio de la industria farmacéutica tiene que garantizarlo evidentemente y tiene que dar el porqué de los porqués.
Porque normalmente son empresas que cotizan en bolsa, multinacionales y tienen que ganar dinero porque si no se invertiría en otros sectores y se empobrecería el sector Salud.
Dicho esto tiene que ganar un dinero legítimo, tiene que ganar un dinero en función de lo que aporta a la sanidad y tiene que tener un límite ese afán de beneficio.

Porque estamos hablando de salud, estamos hablando de personas, de ser humanos, no estamos hablando de artículos de lujo o artículos de consumo. Hay que considerarlo como un bien sanitario y debe estar al alcance de todas las personas.
Si conseguimos eso habremos conseguido llevar a buen término lo que es la misión del farmacéutico y la misión del fabricante de medicamentos y de la medicación que tiene que controlar todo.
FEFARA: Hablamos una vez más del uso racional.
Manuel: Esencialmente como decía al principio, que el uso racional del medicamento sólo se consigue si se hace un uso racional del farmacéutico.