Segundas Víctimas

El término Segunda Víctima fue introducido por Wu en el año 2000 para referirse al profesional “que participa en un evento adverso inevitable y que queda traumatizado por esa experiencia o que no es capaz de afrontar emocionalmente la situación”.
Unos años más tarde, Scott et al. (2009) amplió esta definición haciendo referencia “a todo profesional sanitario que participa en un evento adverso, un error médico o una lesión inesperada relacionada con el paciente y que se convierte en víctima en el sentido de que queda traumatizado por el suceso”. Scott SD, Hirschinger LE, Cox KR, Mc Coig M et al. The natural history of recovery for the healthcare provider ”second victim” after adverse patient events.Qual Saf Health Care 2009; 18: 325-330.
Como surge de la bibliografía 1 de cada 10 pacientes ingresados en las instituciones de salud, sufre algún tipo de daño evitable que puede provocar discapacidad grave o incluso la muerte. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la incidencia de eventos adversos en hospitales es del 9.2%, de los cuales el 43.5% se consideran evitables, por lo tanto, es evidente que los incidentes relacionados con la seguridad del paciente implican consecuencias graves que afectan a los pacientes y sus familias, pero no debemos olvidar: no son los únicos afectados.
Cuando un paciente, Primera Víctima, sufre un daño accidental en el transcurso de su proceso de atención, el profesional involucrado se convierte en la Segunda Víctima de dicho evento adverso, y la institución que representa se transforma en la Tercera Víctima.
Según los estudios disponibles, las reacciones emocionales más comunes en las segundas víctimas son: ansiedad, obnubilación, confusión, dificultades para concentrarse en la tarea, despersonalización, frustración, sentimientos de culpa, tristeza, cambios de humor, insomnio, re-experimentación del suceso de manera repetida, dudas sobre la propia capacidad profesional, miedo a las consecuencias legales y a la pérdida de reputación.
Las segundas víctimas, luego del evento en el que han participado, ven afectada su forma de interactuar con los pacientes y sus prácticas profesionales. También se encuentra documentado que, luego de un evento adverso, se incrementa la posibilidad de que ocurra un nuevo evento.
Berwick, un gestor de organizaciones de salud planteó: ”Los trabajadores sanitarios que se ven envueltos en un error con daño, como algún día nos pasará a casi todos, quedan también gravemente lastimados. Y si realmente nos dedicamos a curar, tenemos que curarlos a ellos también. Es parte del trabajo. No es opcional, es un imperativo ético”.
Diversos expertos a nivel internacional y nacional afrontaron el tema y, han puesto de manifiesto la importancia de “curar” a las Segundas Víctimas en pos de la Seguridad del Pacientes. La bibliografía así lo avala, tomando este tema cada vez más relevancia. A modo de ejemplo, la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, redactó ya hace unos años una “Guía de Recomendaciones para ofrecer una adecuada respuesta al paciente tras la ocurrencia de un evento adverso y atender a las segundas y terceras víctimas”, que incluye algoritmos para la toma de decisiones.
¡Participemos activamente en el cuidado de todos los profesionales del equipo de salud! Cuidarnos entre los profesionales es fundamental para Cuidar a los Pacientes