Enfrentando estos tiempos de cambios
Columna de Manuel Agotegaray en Revista Médicos edición Septiembre 2018
Si nos detuviéramos un momento a observar la situación actual de nuestro sector, incorporando a la mirada al resto de los países de la región, apreciaríamos que muchas de las tendencias que se insinuaban en los ´90 hoy son una realidad palpable.
De algún modo, el futuro ya llegó y nos muestra que el mundo ha avanzado hacia procesos de globalización, estandarizando formas de vida y estableciendo nuevos modelos sociales.
En la estructura industrial actual el retail viene progresando de forma sistemática y con gran rapidez, habiendo llegado a nuestra actividad para avanzar y establecerse en cada espacio en que se liberalicen las legislaciones sanitarias. Solo por ilustrar con un par de ejemplos, tomemos por caso a nuestros vecinos de Chile y Perú
Como lógica consecuencia de estos procesos, para la profesión farmacéutica la opción se presente en los siguientes términos: de ahora en más, ¿seremos profesionales de la salud, o empleados de retail? Y no se trata solo de la propiedad de las farmacias, sino también de la forma de ejercer la profesión
El problema trasciende al ámbito farmacéutico-sanitario, constituyéndose en un asunto económico y sociológico de gran alcance, razón por la cual considero que estos efectos deben ser limitados-modulados por efectivas políticas de consenso con miras hacia el futuro, procurando evitar la irracionalidad de lo racional
Debe entenderse que para el logro de estos fines nuestra participación activa no solo resulta necesaria sino también fundamental. Y en esa tarea, el primer paso lo constituye poner en juego nuestra actitud. Resulta corriente ver que ante la aparición de grandes desafíos, la gente suele:
- Sentirse alcanzada por el Síndrome de Indefensión Aprendida (“…condición por la cual una persona se inhibe ante situaciones aversivas o dolorosas cuando las acciones para evitarlo no han sido fructíferas, terminando por desarrollar pasividad ante este tipo de situaciones”)
- Demandar a diestra y siniestra la solución inmediata de sus necesidades, sin aportar una sola idea ni el más mínimo esfuerzo.
En nuestra opinión, y aunque tenemos en el sector varios ejemplos de tales reacciones, consideramos que ambas alternativas resultan totalmente despreciables al momento de intentar la satisfacción de las necesidades de nuestra red y sus integrantes.
Como responderemos?
Previo a toda propuesta, considero oportuno recordar aquí algunos conceptos que el presidente de UNEFARM (México) pronunciara hace algún tiempo, al referirse a la crisis de la farmacia oficinal en su país: “… tenemos que reconocer que el farmacéutico tradicional se ha mostrado resistente a los cambios … lo que pone parte de la culpa a cargo nuestro”. “…no se ha implementado tecnología, ni herramientas que ayuden a atender las necesidades de la farmacias o el mercado … esto tiene que ver con cuestiones ideológicas, tradicionalistas y hasta dogmáticas…” “Aun sabiendo que no podemos garantizar el éxito a todo el mundo, los líderes tenemos la obligación moral de darles alternativas de negocio que sean sustentables, y decirles en dónde están las oportunidades y herramientas…”
Mirando nuestra situación actual y cotejándola con la realidad de la región, parece que nos encontramos en una posición más favorable: las farmacias de cadenas (gestión bajo modelo retail) no superan los 700 puntos de ventas sobre un universo total de 13.000 farmacias… pero facturan el 10% del total
En tren de hurgar buscando las causas o factores que han demorado hasta el momento el avance generalizado del modelo concentrador en nuestro país (y siendo conscientes que se puede y debe profundizar un poco más el análisis), surgen a primera vista estas razones:
- La existencia de una industria nacional que ha creado los condiciones para manejar política y económicamente el proceso que va desde la producción hasta los mostradores de la dispensa, evitando dejar resquicios por donde algún otro agente pudiera incorporarse a este proceso central en la cadena de valor del medicamento
- La existencia de entidades farmacéuticas que, conteniendo a la totalidad de las farmacias del país, han reaccionado (con aciertos y errores) ante cada posibilidad de amenaza que se ha presentado para sus integrantes.
El caso es que más allá de lo efectivo que esto pudo resultar hasta aquí, ello no será suficiente para mantener (y mucho menos mejorar) la situación de una red de farmacias con servicios profesionales en proceso de mejora continua. Por el contrario, considero que tenemos que trabajar más duro y unidos que antes, incorporando a todos los actores que integran esta cadena de valor: producción, distribución, dispensa, regulación y consumo
Para avanzar dando algunas precisiones voy a exponer nuestra visión, presentándola en formato de una matriz FODA. Procuro así resaltar los aspectos favorables para afirmarlos aún más, mientras neutralizamos o procuramos la eliminación de los aspectos negativos.
Fortaleza: la capacitación continua de los profesionales farmacéuticos que integran la red
Oportunidad: nuevos y mejores servicios profesionales para los pacientes. Servicios de gestión y asistencia a financiadores. Alianzas estratégicas con integrantes de la cadena de valor
Debilidad: Rentabilidad. Costos crecientes vs recortes presupuestarios de los financiadores y disminución de la capacidad de compra en la población
Amenaza: Liberalización del mercado. Ausencia de regulaciones, que favorecen la concentración del mercado en manos de grandes grupos económicos
La estrategia de FEFARA para enfrentar la coyuntura surge de las convicciones y valores que dieron vida a la Federación. A título ejemplificativo vamos a recordar aquí lo señalado en esta misma columna en el mes de marzo pasado, “… estamos convencidos que la sustentabilidad de las farmacias comienza a partir del acceso que deben tener todos los integrantes de nuestra red para la atención de toda la población, sean estos beneficiarios de la seguridad social o particulares.
Puestos en condiciones de acceso, la disputa será “servicio profesional farmacéutico versus góndolas”, con lógicas ventajas comparativas para los nuestros.
Y, para tener posibilidades reales en esta batalla, resulta de vital importancia contar con herramientas y procesos de gestión, que permitan a todas las farmacias tener disponibilidad de todos los productos para atender todas las recetas que los pacientes presenten, sin que el financiamiento de los mismos se constituya en una barrera para su normal dispensa”.
No obstante ello, somos conscientes que mucho queda por trabajar. Tanto en el mercado como al interior de la red. También tenemos muy claro que trabajando en solitario, jamás alcanzaremos las metas que nos proponemos para la profesión en su conjunto. Por ello, siempre estaremos invitando a todos los componentes del sector a compartir espacios y propuestas, con acuerdos y disensos
Asumamos esta realidad: el presente y los próximos años prometen lucha. Y mucha. Porque como vamos no podemos seguir, y porque sin lucha nada va a cambiar.
Manuel R Agotegaray